jueves, 1 de octubre de 2009

micro-relato busca ilustrador

Juan Carmona nos ha enviado este micro-relato participando en passeparbook.


"El viernes se fue la luz y todavía no ha vuelto así que aquí estoy, a oscuras, haciendo unas cosas sí y otras no, dependiendo si necesitan o no de la corriente.
Ya sé que me vas a decir que soy torpe, que muchas veces me has repetido que no enchufe tantas cosas a la vez, que las instalaciones de ahora no son como las de antes. Que en las modernas subes unos pirulís y ya está, pero en las que son como
la nuestra se funde el plomo y hay que cambiarlo. Pero es que yo no me atrevo.
Además no veo nada ahí dentro, en esa caja conforro acolchado que parece una madriguera y ella allí dentro, agazapada, esperando, acechando para darme un susto o hacer algo. De todas formas sí, te doy la razón, y es posible que pusiera demasiadas cosas a la vez, que sobrecargase la instalación, como me han dicho. Cuando me atolondro o me pongo productiva sabes que soy un no parar.
Tranquilo, no desespero. Sabes que puedo hacer cosas tan bien como no hacerlas, y sentarme, y esperar, y mirar por la ventana, y acostarme, y levantarme otra vez y hablarle a las plantas y poner de comer al pájaro.
Yo no quiero que te enfades pero tengo que decirte que he llamado a un hombre porque de estas cosas no hay mujeres en la ciudad que sepan y me ha dicho que vendrá esta tarde a arreglarlo.
También me ha hablado de unas plaquitas que se ponen donde da el sol y no necesitas otra cosa para tener luz, electricidad. Por lo visto se conecta a una especie de pila grande, él insistía en que yo lo viera como la batería del coche, como si yo hubiése conducido alguna vez, y cuando se nubla la luz viene de allí dentro.
No sé, Antonio, pienso que aunque el comedor no es muy grande podría poner las plaquitas en el balcón, pero ya veremos. Me pregunto por qué las cosas no irán solascon la luz del sol y siempre se necesitan otras instalaciones y maquinitas intermedias. Yo funciono así, y algunas otras personas también. Me da la luz, me activo y como que nazco. Deja de darme y empiezo a ir lenta, me pongo torpe, pesada, como una máquina vieja, que termina por emplear el último cuanto (aprendí esa palabra en la enciclopedia) de energía en orientarse hacia donde vio el Sol por última vez. La luz, mi luz.
Y allí me quedo, como esas locomotoras quietas y oxidadas que salen en las películas del oeste que tantas veces hemos mirado, esperando.
Ay, que con esta analogía no sé si tirarme al tren o al maquinista.
Mira, mejor lo dejamos por hoy. ¿Te parece?
Pero Antonio, una cosa más. La gramola extrañamente, como yo, aún funciona."

Ya sabéis, necesitamos una ilustración para esta maravillosa historia.

Enviadnos vuestras propuestas a passeparbook@gmail.com , respetando (recordad) los requisitos especificados.

¡Al abordaje, mis valientes!


ppb team

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